CARLA GIRALDO
@aposentos
<<Lolita goes Mafia Doll>>
Después de un tramo de 45 minutos por la Autopista Norte de Bogotá, al interior de la nublada sabana, vive ella. En un refugio palaciego adyacente a Briceño, donde la salvaguardan, el amor de su vida Mao Fonnegra y sus dos preciosos vástagos Adrián y Damián Fonnegra, verzogenes gör.
Carla Giraldo es mi adoración, mi sister from another mister, casi sin darnos cuenta pasó de hermosa actriz rompecorazones a ávida madre amorosa, ícono y apacible protagonista del capítulo más feliz de su vida: su familia. Fémina de cuentos, princesa de mis tardes de ocio, vivo tan infinitamente orgulloso de ella, no se imaginan cuánto. Pienso en la explosión que fue conocernos, todavía me parece que fue ayer. Por casualidad divina coincidimos desinteresadamente en el frío de nuestra capital, cuando aún éramos adolescentes inconformes y como un Big Bang inminente. Mi corazón fue sometido a esos tórridos encantos de hermanita desobediente, a su risa contagiosa que no desampara y a la belleza leal, despampanante y peligrosa que son sus curvas.
De pie frente a Carla, a solas en el deck al atardecer y ante esa autentica insolencia encantadora suya, solo puedo pensar en Nobokov dándole un esbozo temprano de vida con sus líneas a mi co-delincuente estrella, y ser él, instigador de uno de los encuentros más bonitos de mi existencia, ella.
«“¡Oh! Lolita, tú eres mi niña, así como Virginia fue la de Poe y Beatriz la de Dante.”»
(fragmento)
Si eres tú uno de esos que tendrá el azar o suerte de verla pasar; o mejor aún, verla durante algún despilfarro nocturno de dembow; sabrás entonces hermano mío que al cruzarse tan solo por un instante con tus líneas de visión, se te erizará la piel y te eclipsará por su contundencia, tan natural e incorregiblemente coqueta.
De nuestros recuerdos el mejor acaece como destello por Madrid.
Ella regresando triunfal a Bogotá después de rodar por algún desierto marroquí y yo en forzado mini Spring Break de estudios al Este del país ibérico; aplicamos shopping por la Gran Vía, eventualidad en la que por pura hermandad, mi estilo mutó de un estudiante de fotografía on Erasmus, al de uno un poco más edgy.
A pie seguimos hasta el Museo Del Prado y pos-éxtasis al que te someten Las Meninas, íbamos despertándonos ya por la cena en un ceremonial restaurante, enclavados en la emblemática Plaza Santa Ana diagonal a la estatua de Calderón De La Barca; a tragos de Sambuca y Tempranillo Blanco. Compartimos cantidades industriales de tortilla española, alioli y bocadillos de calamares, y fue justo allí, a la salida, sintiendo el biruji mediterráneo sobre calor de media noche, cuando nos miramos a los ojos como diciendo: la vida es sueño y los sueños, sueños son.
Soy un tipo muy afortunado, eso lo sé e incansablemente le agradezco al universo por concebirnos como combinación letal, al punto de crecer juntos y que sea ella hermana testigo, y en parte, responsable de mis inclinaciones profesionales. Ese, les confieso: es uno de los halagos y desafíos más lindos que me fue heredado jamás.
No se confundan, nuestra costumbre es perdernos tardes enteras del mundo, destornillados de risa con ropa muy cómoda, alejados de las luces cegadoras y el imaginable pretencioso. Preferimos la chimenea prendida, el agua de coco y el Netflix que tanto arrulla; volteas a mirarla menos de medio episodio después y ella ya va en su quinto sueño, a menos que alguno de los niños musite “mamá”.
Ella nunca falla en abrir los ojos cuando la mañana aún está nublada y verde para estar siempre lista. Pues según dice la teoría de la relatividad especial, la materia no puede moverse a una velocidad superior a la velocidad de la luz. Pero mis queridos tripulantes he de advertirles que si nunca han vivido el ritmo que proceden Adrián y Damián Fonnegra ajusten bien sus cinturones; porque del cuidado matinal de estos príncipes herederos puedo jurarles que entre el protocolo del desayuno, la peli de Lego y jugar a los dinosaurios mientras se alistan para ir al colegio; hay una aceleración equivalente a una fulminante expedición relámpago a Plutón con regreso exprés.
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